La creciente factura de la vuelta al cole: “Hemos comprado de segunda mano, y aun así es carísimo” | Educación

Las vacaciones de verano están a punto de terminar y más de ocho millones de alumnos volverán a las aulas en los próximos días. Como cada septiembre, a sus padres les toca ir pensando —si no lo han hecho ya— en los libros de texto, las mochilas, los uniformes y las actividades extraescolares, y las facturas que tienen que costear son muchas y caras: este año, las familias pagarán de media por alumno 328 euros en Primaria, 398 en la ESO y 474 euros en Bachillerato, sin contar las cuotas que les cobran los colegios concertados —ilegales, pero a la orden del día— y los privados.

Estas cantidades proceden de la actualización de la Encuesta de Gasto de los Hogares en Educación (EGHE) publicada en 2020 por el INE, realizada por Ángel Martínez Jorge, economista y analista en el Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol) para EL PAÍS. “He llegado a ellas poniendo al día los datos con la variación del Índice de Precios de Consumo (IPC) en cada categoría de productos entre julio de 2020 y julio de 2023. En este período, han aumentado los precios de todas las categorías, menos de una. Los libros de texto y de apoyo al estudio han subido un 7,5%. Los productos de papelería y las fotocopias, un 12%. Los uniformes, un 5%. Lo único que ha bajado son los productos informáticos, esencialmente ordenadores, en un 19%. Si no ha subido más el gasto de la vuelta al cole —que no es despreciable—, es por la bajada en esta última categoría”, resume el experto.

Esta cuesta de septiembre, asegura Martínez, será “especialmente dura” para los hogares con menos recursos. Como el de los Priego Navarro. En su casa solo entra un sueldo, el del padre, pues Ana María, la madre, de 42 años, tiene una enfermedad reumatológica crónica que le impide trabajar. Su hija Irene tiene 16 y va a empezar primero de bachillerato. Este año, el coste de los libros de texto ha cogido a la familia por sorpresa, porque siempre habían utilizado Accede, un sistema de préstamo de la Comunidad de Madrid que se implementa desde 2018, pero ya no pueden. “Como el bachillerato no es obligatorio, ya no tenemos acceso al programa. Y hemos tenido que comprar unos siete u ocho manuales, que van entre los 32 y los 52 euros. Al final, los hemos comprado de segunda mano, pero hemos tenido que buscarlos de uno en uno”, explica esta ama de casa del madrileño barrio de Rejas.

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“Es difícil que un sueldo dé para pagar la hipoteca, la luz, el agua, el gas, el material escolar, la ropa nueva, las extraescolares, las clases particulares, y además unos manuales carísimos”, resume. De hecho, España es el país de Europa con los libros de texto más caros, con un precio medio de 22,15 euros por manual, según un estudio realizado por el comparador de precios online Idealo.es. Además, solo cinco comunidades —Aragón, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha y Murcia— permiten la deducción en el IRPF de las cantidades destinadas a la compra de libros escolares, según la información recopilada por EFE en el portal de la Agencia Tributaria.

De acuerdo con la EGHE, en 2019/2020 las familias pagaron de media por alumno 318 euros en Primaria, 395 en la ESO y 472 euros en Bachillerato, sin contar las matrículas de los centros privados y las cuotas de los concertados. Martínez, el analista de EsadeEcPol que ha actualizado los datos con la variación del IPC en cada categoría de productos entre julio de 2020 y julio de 2023, desarrolla: “Ahora, los libros de texto y de ayuda al estudio, que son el gasto más importante, cuestan de media 119 euros en Primaria, 151 en la ESO, y 225 en Bachillerato. Los productos informáticos, 40 en Primaria, 81 en la ESO y 103 en Bachillerato. Así, el gasto aumenta a medida que el alumno va pasando de curso y, al final, equipar a un niño para el bachillerato cuesta unos 500 euros, casi cinco veces más que equipar a uno que está en infantil. Esto es porque conforme van creciendo, van necesitando más dispositivos electrónicos y los libros de texto van encareciéndose”.

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“El gasto en uniformes, calzado y complementos escolares es de 70 euros en Primaria, 59 en la ESO y 37 en Bachillerato, y en papelería es de 58 euros en Primaria, 66 en la ESO y 62 en Bachillerato”, añade Martínez, que recalca que “la subida de manuales y uniformes se ha visto compensada por la caída en el IPC de productos informáticos, esencialmente ordenadores”.

Además de por ciclo educativo, la encuesta del INE divide el gasto en bienes educativos por comunidad autónoma. “Con los datos actualizados, el gasto medio por alumno en Madrid es de casi 400 euros, mientras que en Andalucía no llega a los 300. En Cataluña y en el País Vasco también es elevado. En el segundo, es por el coste de los uniformes”, señala el experto. Lo divide también por el tipo de centro donde se matricule al alumno, sin tener en cuenta las cuotas escolares de los concertados —buena parte de ellos cobra a las familias por enseñanzas obligatorias, pese a que lo prohíbe la ley por estar, en teoría, sostenidos con fondos públicos— y privados. “De media, las familias de la pública gastan 281 euros en equipamiento para sus hijos. En la concertada, asciende a 389 y en la privada, 446″, enumera.

El comedor, las extraescolares, las clases particulares, las excursiones y las cuotas del AMPA también figuran entre las principales cargas económicas para las familias. El primero preocupa especialmente a la ONG Save The Children, pues en España las ayudas para asistir al comedor escolar solo alcanzan al 11,2% de niños en la educación obligatoria, una cifra que está lejos de cubrir al 27,4% que viven en la pobreza. Además, las diferencias entre comunidades autónomas son abismales: solo el 2% de los escolares de Murcia y Melilla acceden a esta beca, en Madrid el 9% y en Canarias el 25%. “Todos los niños cuyas familias están en riesgo de pobreza o exclusión social (un 33%) deberían poder acceder a las becas comedor”, afirma Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de la organización.

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“Por suerte, solo el pequeño come en el cole, y dos veces a la semana, porque el comedor escolar es carísimo”, respira Fernando G., que es padre de tres niños en Barcelona. Este curso, su hijo mayor empieza segundo de bachillerato, la mediana tercero de secundaria y el menor tercero de primaria. Los tres, en escuelas concertadas. Su padre se queja del esfuerzo económico que suponen, sobre todo, las extraescolares. “Si están federados en algún deporte, como es el caso de los tres, tienes que pagar la federación. Además, el pequeño cambia de club de fútbol este año y tenemos que comprarle todo el equipo nuevo, que vale 250 euros”. Protesta también por el coste de las clases particulares y de idiomas. “El mayor tiene un profesor particular de matemáticas, son 60 euros mensuales. Y él y la mediana van a academia de inglés, que nos cuesta 180 al mes”, explica. “Todo junto, es demasiado”.

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By Eliza Salas Armijo

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