Dos días después de esta entrevista, celebrada el pasado domingo, los hechos confirmaron las palabras de Oleksandr Kamyshin (Kiev, 39 años). Decenas de drones presuntamente lanzados por Kiev —que por el momento no ha reconocido la autoría del ataque— golpearon este lunes y martes las provincias rusas de Moscú, San Petersburgo, Tula, Oriol, Briansk, Nizhni, Nóvgorod, algunas a más de 1.000 kilómetros de su territorio, y las más cercanas de Vorónezh, Bélgorod y Kursk. El ministro de Industrias Estratégicas de Ucrania subraya estos éxitos de la tecnología militar de su país para mostrarlos frente a sus aliados occidentales, no como un mero beneficiario de suministros bélicos, sino como un socio tecnológico fiable y competitivo para la UE y la OTAN, con una guerra en curso con una superpotencia que le permite testar al momento los dispositivos no tripulados más avanzados en tierra, mar y aire.
Dejar de ser una carga para Occidente pasa por que estos países inviertan en la industria armamentística local y así generar beneficios económicos y estratégicos para ambas partes. “España es capaz de producir munición de 155 milímetros a gran escala”, dice sobre el acuerdo en materia de seguridad que negocia actualmente con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Pregunta. Tras la contraofensiva de este verano, el conflicto se ha convertido en una costosa guerra de desgaste en la que Ucrania lucha contra uno de los principales productores de armas, también muy superior en número de tropas. ¿Podrá Ucrania afrontar los gastos de una guerra así?
Respuesta. Nuestra industria de defensa está creciendo. Fue buena en la época soviética, pero luego la descuidamos. Ahora vuelve a crecer y es capaz de crecer aún más. Nos financiamos con los recursos que nos da el mercado y buscamos fuentes de financiación internas y externas. Pero a pesar de lo que podamos producir, seguiremos dependiendo de los suministros de Occidente. Estoy muy agradecido a España por su apoyo durante estos 746 días de guerra. Nunca hubiéramos podido resistir a Rusia sin el apoyo de nuestros aliados, solo con nuestros recursos y nuestros fondos. Si sumamos las capacidades de las industrias de defensa de la Unión Europea, las de Estados Unidos y las de Ucrania, tampoco serían suficientes contra la industria militar rusa. No han dejado de desarrollarse en las últimas dos décadas. Han crecido sin parar.
P. En los últimos meses, Ucrania ha sufrido por su dependencia de Occidente. La ayuda de EE UU no llega a causa de las elecciones, hay una carencia global de municiones y algunos países como Alemania dudan a la hora de entregarles misiles de largo alcance como los Taurus. ¿Cómo van a reducir esa dependencia?
R. Nunca dejaremos de ser dependientes porque ningún país por sí solo puede enfrentarse a Rusia únicamente con las capacidades de su industria militar. Pero estamos tratando de reducir la carga sobre nuestros aliados y producir más nosotros mismos. Si hablamos de misiles de largo alcance, algunos países justifican no entregarnos esas armas porque temen que las utilicemos en territorio ruso. El mundo ha visto que ya podemos alcanzar los objetivos más distantes dentro de Rusia con armas construidas en Ucrania. En casos recientes hemos alcanzado objetivos más allá de Moscú con nuestros propios dispositivos.
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P. Ucrania quiere dejar de ser un simple beneficiario de la ayuda occidental y convertirse en socio. ¿Qué puede ofrecer a los aliados?
R. Ucrania formará parte de la UE y la OTAN. Aún no se sabe cuándo, pero es un hecho que sucederá. Eso será bueno para ambas organizaciones. No solo por nuestro ejército, que lucha sin parar, sino también por la industria de defensa. Nuestra industria ya es capaz de producir muchas cosas. Desde sistemas de artillería autopropulsada calibre 155 hasta vehículos blindados y drones. Ya podemos facturar productos que serían complementarios tanto para la UE como para la OTAN. Nuestros productos también son competitivos en precios. Por eso la entrada de Ucrania en estas organizaciones traerá beneficios a nuestros socios.
P. ¿Qué productos específicos puede suministrar Ucrania a sus socios?
R. De las armas convencionales a las de largo alcance. También productos que han surgido en esta guerra, como dispositivos de guerra tecnológica, drones y drones navales que nunca antes se habían utilizado. Es algo que hemos usado ampliamente por primera vez en esta guerra y que nos ha dado la capacidad de atacar a la flota rusa en Crimea. Hemos hundido gran parte de su flota con nuestra pequeña flota de drones navales.
P. Crear una industria militar competitiva y multinacional en plena guerra es una tarea difícil. ¿Cómo planea Kiev lograr este objetivo mientras lucha contra Rusia?
R. Nuestro crecimiento es bueno, pero nunca será suficiente. Definitivamente, hay áreas donde sí lo es, pero en otras no. Nos enfrentamos a una financiación escasa. Sabemos que podríamos producir más de lo que tenemos si tuviéramos más recursos a nuestra disposición. Nunca hemos gastado tanto en defensa. Durante años hemos sido un país pacífico y centrado en la agricultura. Ahora necesitamos gastar más. Por eso, por ejemplo, pedimos a los países de la OTAN que nos han prometido un millón de drones que los compren a empresas armamentísticas ucranias. Somos capaces de producirlos, tenemos precios competitivos y es la forma más rápida de ayudarnos unos a otros y llevar esos drones a la primera línea. Sabemos lo que funciona y sabemos cómo construirlo rápidamente y llevarlo al frente.
P. Actualmente, está usted negociando un tratado de seguridad con España. ¿Cómo va a ayudar la industria militar española a Ucrania?
R. No se trata solo de ayudar a Ucrania. Se trata de desarrollar capacidades de defensa conjuntas. España cuenta con empresas importantes como Expal o Santa Bárbara. Puede producir proyectiles de 155 milímetros a gran escala. Si España produce más, esto ayudaría a Ucrania, a España y a las capacidades conjuntas de ambos países. Después de firmar el tratado habrá acuerdos entre empresas armamentísticas de ambos países, negocios de los que todos saldremos beneficiados.
P. El exjefe del ejército Valeri Zaluzhni aseguró recientemente en CNN que para ganar esta guerra se necesita tecnología y que las armas pesadas no son tan importantes. Ustedes sorprendieron al mundo con su capacidad de construir drones y ponerlos rápidamente en el frente. Pero últimamente los rusos les han alcanzado en ese campo. ¿Qué nuevos dispositivos prepara Ucrania?
R. El año pasado el desafío era producir tecnología y lo logramos. Este año, el desafío es coordinar, integrar y gestionar. Utilizar la tecnología correctamente. El presidente Zelenski ha anunciado la creación de una nueva fuerza de sistemas no tripulados (además del ejército de tierra, la marina y la fuerza aérea). Este año será el año de la inteligencia artificial y su uso en enjambres de proximidad. En el frente también habrá nuevos dispositivos tecnológicos terrestres. Queremos sacar del frente a tanta gente como podamos y poner máquinas. Ya hemos probado dispositivos terrestres no tripulados en el frente que mantuvieron a raya a los rusos durante 40 días. La tecnología es la clave en esta guerra, por eso tenemos que aprender más rápido para usarla de inmediato. Tenemos que aumentar su producción.
P. ¿Cuáles son las perspectivas para Ucrania en la guerra a medio y largo plazo?
R. En 2022 luchamos con el apoyo de Occidente y lo que teníamos de herencia soviética. 2022 fue el año en el que Ucrania se convirtió en un campo de pruebas para este armamento. 2023 fue el año en que empezamos a producir nosotros mismos y la industria sigue creciendo. No importa cuándo ganemos esta guerra, porque la industria de defensa seguirá siendo estratégica para Ucrania, la UE y la OTAN. Las democracias siempre deben estar mejor armadas que las dictaduras y Rusia siempre estará a nuestras puertas. Tenemos que ser lo suficientemente fuertes para no permitirles volver a entrar.
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