Antes de que comenzara el duelo, después de las fotos protocolarias de los onces, la selección holandesa hizo una melé cerca del círculo central para animarse. España escogió otro lugar, pues todas se acercaron al área técnica y se juntaron también con las suplentes, momento en el que Esther —que portaba el brazalete en detrimento de una Ivana que no empezó de la partida— soltó un discurso vitaminante. Señal, también, de que aunque en el pasado hubo fisuras, aunque 15 jugadoras optaron por desmarcarse de la selección por unos meses porque entendían que en la federación faltaba profesionalismo, España es solo una. Conexión que 120 minutos más tarde, acabada la prórroga, se hizo más fuerte: lloros inconsolables de felicidad de Alexia y Paredes, también de Jenni Hermoso. “Algunas lágrimas hemos soltado, sí”, aceptaba Alba Redondo. También se descorchó la euforia contenida. Como la que expresó el técnico Jorge Vilda cuando le cuestionaron si había notado el breve seísmo que hizo mover los cimientos del estadio. “Pues no, estábamos muy concentrados en el duelo”, reflexionó: “pero el terremoto ha sido España”.
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Cata Coll, Irene Paredes, Ona Batlle, Oihane Hernández, Laia Codina, Teresa Abelleira, Aitana Bonmatí, Jenni Hermoso, Mariona Caldentey, Esther González y Alba Redondo
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Daphne van Domselaar, Dominique Janssen, Stefanie van der Gragt, Sherida Spitse, Victoria Pelova, Jill Roord, Jackie Groenen, Esmee Brugts, Damaris Egurrola, Lineth Beerensteyn y Lieke Martens
Goles 1-0 min. 80: Mariona Caldentey. 1-1 min. 91: Stefanie van der Gragt. 2-1 min. 111: Salma Paralluelo.
Árbitro Stéphanie Frappart
Tarjetas amarillas Oihane Hernández (min. 35) y Damaris Egurrola (min. 60)
Acabado el duelo, todas las jugadoras de La Roja se reencontraron sobre el césped, abrazos, gestos de cariño y gritos de alborozo, y más porque, por ejemplo, Paredes y Laia Codina se rebozaron sobre el tapete. Festejo al que se sumó el presidente Luis Rubiales, que se acercó una a una para felicitarlas por la proeza. Hubo también las que se arrimaron a la grada, las que se alimentaron de la algarabía de los aficionados, como Alba Redondo, Ivana, Salma, Cata Coll… “Ha habido pisadas y de todo. Pero no importa. Yo, por ejemplo, no tengo ni idea de lo que he dicho en la celebración. En esos momentos ni piensas”, reconoció Oihane, que sí se quedó con la pena de que no podrá jugar las semifinales por acumulación de tarjetas. “Aunque sabíamos que podíamos hacer cosas muy grandes, todavía lo estamos asimilando”, reveló Olga Carmona. “¡Claro que he soltado lágrimas!”, reconoció Paredes; “pero es que llevábamos muchos años luchando por esto y por eso sabemos lo difícil que es”. Lo mismo opinó Jenni Hermoso, que todavía apareció por la zona mixta con la piel de gallina: “Hemos trabajado mucho para llegar aquí, nos lo hemos currado”. Algo en lo que coincidió Vilda. “Hasta la fecha es la victoria más importante de mi carrera porque nunca habíamos llegado a las semifinales de un Mundial”, subrayó; “y significa mucho porque desde que cogí la selección siempre soñé con un momento así”. Aunque el envite ante Países Bajos no fue sencillo.
“La clave ha sido la batalla en el centro del campo”, resolvió la neerlandesa Dámaris Egurrola, aceptando el triunfo de España, equipo que descartó —su padre es de Bilbao— porque no se entendió en su día con Vilda. Y en eso, en amasar la pelota y en conjugarla, España se llevó la palma, pues conectó 679 pases (538 bien; 79,2%) por los 433 de Países Bajos (63,9%). Aunque después del gol, La Roja se echó un pelo hacia atrás —”hemos perdido el control, las segundas jugadas, y nos creaban peligro con las contras”, relató Vilda— y concedió el empate. “Pensábamos que era fuera de juego y cuando el VAR ha dicho que era válido nos ha dado un bajón. Pero nos hemos sabido reponer porque en el fútbol como en la vida, hay que levantarse cuando te dan los palos”, convino Hermoso.
Eso se dijeron en el banquillo durante la prórroga: “Cuando han fallado una ocasión —Beeresnteyn, que la cruzó en exceso—, nos hemos dicho que esto lo ganábamos”, reveló Oihane. “Y hemos jugado la prórroga como debíamos, con más corazón que cabeza”, intervino Alba Redondo. “Nos hemos dejado el corazón, el alma y la garra”, se sumó Ivana. “Y desde el gol de Salma ya tenía ganas de llorar”, añadió Olga Carmona. “Cuando ha tocado el palo y la red, me he preguntado si era real o no, si estaba pasando de verdad”, apostilló Hermoso. “Sí, hemos ganado porque las jugadoras no han dejado de creer”, aclaró Vilda. Y Paredes remató: “Hemos dado un paso adelante como selección, sabiendo jugar este tipo de encuentro, eso está claro”.
Victoria histórica de la selección, recompensa también para Vilda, que ha sido criticado por definición. “Rubiales ha estado conmigo desde el primer día y siempre me ha apoyado. Ahora mismo, estoy muy feliz porque piensas en la gestión que hemos llevado. Esto no ha acabado y sigo con muchas ganas de hacer feliz a la gente que se alegra por los éxitos de la selección”. Queda historia por escribir.